23 de junio de 2007

Siempre contigo

- Quiero más chocolate!! Quiero más chocolate!! Quiero más chocolate!!



Gritaba con voz chillona, mientras él la miraba con expresión triste


- Cariño mío no puedes comer más, vas a explotar, no has parado de comer en todo el día y el dulce te hace daño

- Eso... quiero… dulc... dulce de!! Grrr fllll aggggggggg dulce de … agggggg


Mas gritos que mezclaba con sonidos guturales, el se acercó, le acarició con suavidad la mejilla y con más paciencia de la que se podría imaginar, le tomó la mano e intentó conducirla al dormitorio, ya pasaba la media noche e intuía que iba a ser otra noche larga y estridente, hoy estaba muy nerviosa, hacia horas que le había administrado su medicación pero todavía no notaba que hiciera ningún efecto somnífero o por lo menos calmante.

- Tonto, idiota, imbelecil, estup… mmm estupido tonto no me toques!!!!


- Mi amor, tranquila, tranquila, ven, quieres que demos un paseo por el porche? hace una noche preciosa..


- Vete tont.. eso idoton, quiero mi…. mi… quiero…


Sabía que la visita de los chicos la había excitado y esta era su forma de expresarlo, en fín, tendría que armarse de paciencia para todo lo que se le venía encima, pero no importaba, la quería con todo su ser, era su chica, su mujer, su amante, no importaba que la maldita enfermedad la estuviera transformando, de pronto parecía una niña desvalida y al instante era como un animal herido para volver al instante a ser niña, ella antes nunca le habría insultado, sabía que no lo sentía, solo era el alzheimer ya avanzado.



Bien, ya, parecía más tranquila con su mirada perdida, esos ojos que tanto adoraba y ahora estaban vacios, pero estaba allí con él, a su lado, sólo pedía a los médicos que le dejaran disfrutar de su compañía mas tiempo, no importaban sus ataques de furia, el ya sabía como relajarla, se sentó en el sillón del porche y esperó hasta ver como ella se acercaba a él y muy despacio dejaba caer la cabeza sobre su hombro, la miró y advirtió una suave sonrisa de felicidad, le acarició su enmarañado pelo, que él todavía sentía suave como el de antaño, era su chica, llevaban casi sesenta años juntos y habían creado una familia, su familia, sus hijos, sus casi quince nietos, en solo unos días llegaría el último a la gran pandilla, y empezó a contarle la historia que mas le gustaba a ella, despacio, casi susurrando…


- Recuerdas princesa, aquella calurosa tarde de julio, entraste en la libreria, buscabas un libro de poesia, cuando nuestras miradas se cruzaron mmm y esos ojos grises tan dulces me miraron y ….


Siguió hablando mientras iba notando su respiración mas suave y acompasada.

- Estás a mi lado princesa, mi vida eres tú, éste instante, ésta noche…




...Siempre contigo

para todos vosotros "queridos abuelos"









6 comentarios:

ysabell dijo...

que hermoso , compañeros eternos, amantes y amigos, que suerte aquellos que se encuentran y suerte tmb para aquellos que ahun nos buscamos.
saludos que tengas un buen fin de semana.
ysabell.

Tesa Medina dijo...

Empiezo a escribir con un nudo en la garganta después de leer esta historia de amor. Me quedo sin palabras ante tu impecable relato. Con la seguridad de que sabes mirar Que sabes diferenciar el amor, el verdadero amor, de la obligación y el compromiso.

Porque tú sabes como él, que ella sigue siendo su princesa, no importa que pasé la mayor parte de su día ausente, malhumorada,indiferente, porque esos instantes en los que apoya la cabeza en su hombro, vuelve a ser la chica que leía poesía y de la que el nunca quiso separarse.

Bellísimo relato. Te mando un cariñoso abrazo. Las fotos redondean el relato.
Besos

Claire dijo...

- ¿Y como acaba la historia? le pregunto ella.
- Aun no ha acabado preciosa, pero supongo que sera algo asi: y se quisieron toda la vida...

Que bonito, conseguiste hacerme llorar.
Un beso eterno, como su amor..

Anónimo dijo...

He vivido un caso similar,
ví como la valentía y nobleza de un hombre puede combertirle en mujer y actuar por los dos,
se llama yayo y es tan grande por dentro como por fuera,
es casi tanto como lo eres tu.
Que tu valentía te hizo convertirte en hombre y hacer de madre y de padre y trabajar diez horas y cuidar de un niño trasto y una adolescente en plena puvertad. Todo eso a la vez.
Cuando lo pienso,
me parece alucinante,
dudo si yo sería capaz de todo ello,
pero hoy te lo agradezco,
hoy que es un gran día,
que ha sido tu cumpleaños y yo ni siquiera he podido verte,
y tu me has abierto la puerta cuando ya dormías y me has besado,
sin mas, como lo que eres...
grande, gigante... madre.

Gaby dijo...

Sin palabras...

Mi piel erizada lo dice todo.

Un regalo de texto.

Muchos, muchos Besos...brujita.


G.

Anónimo dijo...

Wow, simplemente bello. me hiciste llorar...muy muy bello.