23 de noviembre de 2007

Y por fín.. Atenas

Lo primero que me chocó al aterrizar en el aeropuerto “Eleftherios Venizelos” de Atenas, fue al acercarme a la única cafetería abierta, eran las 12 de mi noche, allí la 1 de la madrugada, al oír los murmullos tuve la sensación de haber vuelto a España, sonaba a español, claro que al prestar mas atención me dí cuenta que realmente no entendía “ni una sola palabra” uff!! que difícil se me iban a plantear los siguientes días…

El taxista que me llevó a mi destino, fue encantador, como todos los griegos con los que fui contactando después, son un pueblo amable y deseoso de ayudar a todo ser que se encuentre perdido por sus calles y digo ser, en general, porque igual ayudan a un ser de dos piernas que a un gato o un perro.

Es el país de los gatos, por todas las calles y rincones, hay cientos de gatos, eso sí, a ellos les toca vestirse y calzarse, la mesa siempre la tienen servida, pues los griegos son muy protectores con ellos y les dan bien de comer.

Desde luego, sufrí varias sorpresas, soy fumadora demasiado habitual y lo primero que intenté fue buscar una máquina de tabaco en algún bar o cafetería, pero no existían y tampoco había a la vista ningún estanco, horror!!! Mi estupor aumentó cuando ví que allí se fuma en todas partes y no hay apenas prohibiciones, pero, donde coño compra esta gente el tabaco?? Tranquilidad, todo tiene explicación y fue facilísima, en Atenas, en casi todas las esquinas hay un “períptera” que son kioskos con pretensiones de gran supermercado pues vende DE TODO, son como aquellas abacerias de antaño, donde igual puedes comprar, un chupete, regalos, galletas, yogures, prensa, gafas de sol, tiritas, leche, aspirinas y TABACO, la mayoría están abiertas las 24 horas del día, según creo las regentan familias enteras que hacen turnos para mantenerlas abiertas, y os puedo asegurar que además están siempre de buen rollito y dispuestos a ayudar a cualquier pobre turista perdido.

Tras mi tropiezo con el tema tabaco, sí, ya sé, tengo que dejarlo, pero ahora no. Al tema, que desbarro mucho, Atenas es, como la describiría yo, es una ciudad de mezclas, el anteayer, el hoy y corren hacia el mañana, todo a la vez.

El clima mediterráneo que tienen, les deja disfrutar gran parte del año de las terrazas de cafeterías y restaurantes, que están todo el año puestas y ocupadas siempre.

Pasear por sus calles es todo un acontecimiento, los peatones son verdaderos mártires, hay que sortear baches, aceras levantadas, motos asesinas circulando entre las personas, coches aparcados donde mejor les parece, que siempre suele ser sobre las aceras, un paraíso para el pobre turista de a pie, además de bastante sucia, pero sobre todo es caótica, el tráfico es una locura.

Algo muy positivo es que parece no existir inseguridad ciudadana, se nota y se vive una ciudad tranquila, sin problemas de robos ni otros desagradables sustos, se puede pasear con tranquilidad a cualquier hora del día o la noche.

Los griegos son amantes? no, son viciosos, del café, y existe gran cantidad de modalidades, espresso, capuccino, frappé, freddo… todos de origen evidentemente italiano, pero sin olvidar el café griego, que es como nuestro café de puchero, pero sin colar, que les encanta.
Es normal verlos por la calle chupando de las pajitas de sus freddos, y comiendo un kuluri, os explico, es otra de las costumbres griegas, sus desayunos los hacen por la calle mientras se desplazan hacia sus trabajos, el kuluri es una rosca de pan con sésamo, otras son las tirópita pequeñas empanadas de queso, hay diversas variedades y se venden en puestos callejeros.

Y por favor, no olvidemos “el móvil”, hablan por teléfono a todas horas, en todas partes y a pares, son casi mas viciosos del móvil que del freddo y el kuluri.

Algo curioso, para viciosas del agua como yo, es que cuando te sientas en una terraza o en cualquier mesa de cafetería o restaurante, antes de preguntarte que deseas tomar, te sirven un gran vaso de agua fresquita, que continuamente van rellenando.

Pero hay algo que me provoca la mayor de las envidias, sus islas, vivir en una ciudad con puerto en el que puedes tomar, casi de contínuo, ferrys para visitar las islas mas cercanas, es todo un lujo. Y cómo son esas islas!! pintorescas, tranquilas, bien cuidadas, en las pequeñas incluso no existe ni circulación de vehículos, un paraíso. Imaginaros Grecia tiene unas 3.000 islas, aunque solo están habitadas unas 1.700, creo que me podría pasar los días que me queden visitando esas islas hasta elegir una en la que quedarme a vivir, posiblemente.

Y por fin… Madrid

16 de noviembre de 2007

Un empujón con aromas

Reptaba yo entre mis lágrimas, compadeciendome de mi misma cual maltrecha piltrafa, sintiendo la losa de mi vida cada vez mas pesada o eso quería creer, ni siquiera daba tumbos, simplemente me dejaba caer.

Creo en las personas (en todas) siempre, aunque sea bastante intuitiva y de las del impulso rápido sin neurona de por medio, a mi me enamoran las personas por la vista, los ojos, la mirada, por el tacto, la piel y, los aromas.

Pero, volviendo a mi conflicto acuático, andaba yo en esa parte de “tocada y hundida” pensando...

– Pero que coño hace una bruja con pretensiones de sirena!!,
(no son formas y además me sobran medidas)

Cuando un entrañable e inolvidable aroma, empezó a rodearme, agitándome, vapuleándome con dulzura, tirando de mi escoba hacia la superficie… fue una cariñosa y divertida batalla de varias horas, llenas de risas y mucha charla, hasta conseguir su meta, mantenerme a flote y con la sonrisa puesta.

Me gustan las moreras, me gusta su perfume, es hogareño pero con carácter, es divertido, te hace cosquillas en la punta de la nariz como un buen cava, en fin, que os voy a contar ES EL PERFUME DE UNA AMIGA

Gracias Tesa, me has ayudado a volver.
(y de paso te tomo prestada una foto, mas gracias)






Os dejo la primera muestra de mi viaje por Grecia, un espectacular anochecer en la isla de Hydra











11 de noviembre de 2007

Volví y volveré

Regresé de mi viaje, del que ya habrá mejores momentos para comentar, ahora no es el mío, perdonarme, espero abandonar muy pronto este submarino en el que me encuentro encerrada para retomar mi blog y por supuesto los vuestros, seguro que os seguiré todo lo cerca que me sea posible, aunque las ganas no me permitan dejaros comentarios, no dejeis de sentirme cerca, estaré ahí.

Ahora no hay biorritmos al uso, ni mares que despierten mi interés, ésta, seguro, es solo una étapa que habrá de pasar y en la que estoy demasiado sumergida en contra de mis deseos.

Volveré en mí, porque así lo deseo y lo lucho cada día, no, cada instante.